El viaje de la inclusión: cómo influir positivamente en su entorno
Cambiar el mundo no es tan complejo cuando estamos motivados por marcar la diferencia en cada pequeño gesto.
Hace más de 20 años, cuando elegí estudiar Psicología, mi principal motivación estaba en ayudar a las personas. Antes de eso, todavía en la escuela, era común que los compañeros me buscaran para desahogarse y contar sus secretos, muchos de ellos con quienes ni siquiera convivía o conocía, pero que, de alguna manera, sentían confianza en abrirse conmigo en ese momento. Y nunca tuve dudas: siempre los recibí con el corazón abierto. Años después, en mi carrera profesional, he canalizado la voluntad de ayudar a las personas trabajando con Recursos Humanos, cuando me enfoqué en el desarrollo de talentos y de carreras para ayudar a las personas a darse cuenta de sus potenciales y a soñar en grande.
Pronto, sin embargo, quedó claro mi deseo de más. Las historias que más me tocaron fueron las de personas fuera de los estándares de la sociedad, las personas vistas con discriminación y prejuicios, que necesitaban luchar contra paradigmas y estereotipos. Estos relatos me conmovieron, me hicieron despertar llena de energía por la mañana y sentir que cambiar el mundo debería ser la parte principal de mi viaje, aunque sea poco a poco.
En este camino, la transición de los Recursos Humanos a la Diversidad, Equidad e Inclusión fue natural. Comencé trabajando en temas relacionados con la equidad de oportunidades y salarios entre hombres y mujeres en una empresa de la industria tecnológica. Después, pasé a involucrarme con temas de inteligencia cultural, cuando asumí un puesto para América Latina. Desde entonces, me dedico 100% a las temas relacionados no solo con el género, sino también con la raza, las personas con discapacidad y, mi tema de corazón, la comunidad LGBTQIAP+. A menudo digo que no puedo medir el tamaño de mi privilegio de trabajar con algo que no solo me gusta, sino que es la base de todo lo que soy.
A lo largo de este viaje, el principal desafío fue, y sigue siendo, comprender el papel de las empresas en la Diversidad, La Equidad y la Inclusión. Si en las esferas personal y política el compromiso es más claro, en el espacio corporativo no se puede decir lo mismo. Y esta es una de las principales razones por las que estoy orgullosa de ser Gerente de Diversidad, Equidad e Inclusión para América Latina, porque JLL es una empresa que sabe muy bien cómo usar su poder y su influencia para promover un ambiente de trabajo más diverso, equitativo e inclusivo para todos, además de cómo ampliar ese poder y esa influencia para la sociedad.
En JLL trabajamos con cinco pilares principales: talento, cultura, clientes, proveedores y comunidad. En todos, nos aseguramos de que los grupos minoritarios de cada país de América Latina estén representados y tratados con justicia y respeto. Nuestro ADN antidiscriminatorio impregna todas nuestras prácticas y políticas, y dedicamos nuestro tiempo y energía a buscar soluciones, todos los días, que mitiguen los prejuicios y los sesgos.
Puedo decir que llegar a JLL me hace pensar que todo valió la pena y que estoy en el camino correcto, tanto personal como profesionalmente.